Del trabajo remoto al trabajo asincrónico, próximos desafíos
En este nuevo artículo nos enfocaremos en los nuevos desafíos que conlleva una modalidad de trabajo no solo remota, sino también asincrónica.
Tenemos claro que las expectativas de las personas han cambiado y el trabajo remoto es sumamente valorado, más aún por las nuevas generaciones. Siendo una compañía joven de tecnología, sabemos que gran parte de nuestras tareas y objetivos se pueden alcanzar trabajando a distancia y por ello implementamos la política “Remote First”, esto quiere decir que primamos el trabajo remoto frente a otras modalidades. Por supuesto, siempre que la naturaleza de la posición así lo permita.
Es interesante para nosotros como compañía pensar en las posibilidades que esta política supone para llegar a nuevos perfiles que encuentran mayores dificultades para integrarse a los espacios de trabajo físicos.
Nuestro salto a la modalidad remota surgió de manera circunstancial, sí, pero viendo los resultados positivos que nos ha traído como empresa y en nuestros colaboradores, hoy se ha vuelto un estandarte para nosotros y definitivamente la seguiremos impulsando.
Abrazamos la oportunidad de seguir contando con personas sumamente talentosas en Santo Domingo o Santiago o en cualquier otra parte del mundo, y a pesar de que muchas empresas están promoviendo la vuelta a la oficina, para nosotros, mantener esta dinámica de trabajo que ha resultado ser tan propositiva, colaborativa, e innovadora es parte fundamental de nuestra “cooltura” y seguiremos apostando por ella.
Nuevas ExpectativasSin embargo, sabemos que hay aspectos que todavía pueden calibrarse mejor y aunque permanentemente estamos buscando nuevas formas de que nuestra “cooltura” se permee de la misma manera para todos, hay algunos desafíos que superar.
Por ejemplo, una limitante que hoy seguimos teniendo es la barrera de las zonas horarias. Algunas personas en otros husos horarios podrían tener dificultades para integrarse a llamadas de trabajo o participar en reuniones de equipos y, aunque logramos mantener el flujo de trabajo adecuadamente, estas situaciones podrían suponer incomodidades que podrían llegar a mermar la motivación o productividad de algunas de estas personas.
Por eso, una apuesta interesante para nosotros es también lograr el trabajo asincrónico, lo que permitiría que las personas puedan cumplir con sus objetivos de trabajo, entregar las tareas estipuladas y mantener una comunicación fluida, sin necesariamente cumplir con un horario específico correspondiente la hora local de la sede principal o incluso, tener que conectarse a reuniones de madrugada.
El trabajo asincrónico lo entendemos como esas interacciones laborales que se dan en un periodo de tiempo diferido. Esto quiere decir que las personas trabajando en esta modalidad no tienen que interactuar en tiempo de real con sus pares o supervisores, sino que se mueven a través de entrega de tareas o cumplimiento de objetivos dentro de un tiempo establecido previamente.
El trabajo asincrónico conlleva muchos beneficios para los colaboradores, por ejemplo:
- Mejor gestión de tiempo.
- Posibilidad de concentrarse en tareas específicas.
- Trabajar en los momentos de mayor energía.
- Ganar mayor autonomía en su posición y trabajo.
- Y por supuesto, trabajar desde cualquier parte del mundo, sin interrumpir sus momentos de sueño y descanso.
Además, la comunicación se mantiene de forma adecuada y fluida, pues se cuenta con herramientas ya instauradas prácticamente en cualquier organización, como el correo electrónico, la plataforma de mensajería interna, documentos compartidos que se trabajan en línea de forma simultánea e, incluso el portal interno de gestión de talento.
Sin embargo, este modelo de trabajo, también implica numerosos desafíos que no se pueden perder de vista cuando pensamos en implementar esta opción.
Desafíos del trabajo asincrónicoPrimero, la implementación del trabajo asincrónico supone un análisis profundo de los tiempos y movimientos de cada posición, de cómo interactúan entre sí, de las necesidades que tienen unos y otros en términos de flujo de información y comunicación, de los compromisos que se generan con los clientes en términos de tiempos de respuesta y las expectativas que tenemos como equipo. Definitivamente no es un desafío fácil de superar.
No solo eso, un aspecto que también nos ocupa en GBH es cómo mantener esa conexión, motivación y apego a nuestra cultura organizacional con esta modalidad de trabajo, pues cuando no hay una comunicación más constante, es fácil que las personas puedan llegar a sentirse aisladas o que no se sientan parte del equipo. Nuestra gran interrogante es: ¿cómo mantener una cultura dinámica y participativa si tenemos a personas colaborando en horarios diferentes?
El reto por supuesto está en lograr extrapolar ese sentido de pertenencia y conexión emocional que hoy tenemos a aquellas personas que se encuentran en otras ciudad o países. Hasta ahora, lo hemos logrado de forma compensatoria, pero quizá no con el mismo impacto con que se vive de manera local. Y ahí está nuestro foco.
El trabajo asincrónico, para que sea exitoso, debe integrar factores clave como la productividad, eficiencia y flexibilidad, eso implica que se establezcan previamente los entregables esperados, los tiempos estimados, compromisos de cumplimiento, y otras métricas que podrán ayudar no solo a identificar el rendimiento en esta modalidad, sino también, ayudar a los Managers y líderes a tener mayor claridad de expectativas.
Sabiendo que en nuestros equipos prima un estilo de liderazgo de confianza, comunicación y apertura, esta modalidad no presupone un inconveniente, pero sí una necesidad de claridad en las expectativas y comunicación periódica previamente pautada.
Hoy en día, la mayoría de nuestros colaboradores se encuentran en un modelo de trabajo remoto o híbrido, y hemos comenzado a implementar el trabajo asincrónico con algunas personas que, por sus necesidades personales o su ubicación geográfica, hoy requieren de alguna flexibilidad adicional.
Como próximos pasos comenzaremos a hacer mediciones de los flujos de comunicación e intercambio de información para identificar esos momentos en que se requiere de una mayor interacción. De esta manera, podemos programar las sesiones más estratégicas, llamadas que requieren de respuesta inmediata o actualizaciones puntuales en esos momentos en que todos los colaboradores pueden confluir.
Tener identificados estos aspectos ayuda a que la comunicación mantenga su curso de la forma esperada y que los objetivos se cumplan en tiempo y forma.
Esto no quiere decir que todas las personas puedan y deban trabajar en esta modalidad, sino que quienes así lo requieran, ya sea por situaciones específicas, expectativas profesionales, preferencias personales, o locaciones diferentes, puedan sumarse al equipo y contribuir de la misma forma como el resto de los colaboradores lo hacen.
Si en tu organización están buscando dar el paso y apostar por el trabajo remoto o el trabajo asincrónico, te invitamos a conocer más sobre la cooltura GBH en nuestro blog y redes sociales.